"Solamente aquél que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado." FRIEDRICH WILHEM NIETZSCHE


lunes, 11 de abril de 2011

Amongst The Waves




"What used to be a house of cards
Has turned into a reservoir
Save the tears that were waterfalling
Let's go swim tonight, darling

And once outside the undertow
Just you and me, and nothing more
If not for love, I would be drowning
I've seen it work both ways

But I am up riding high amongst the waves

Where I can feel like I
Have a soul that has been saved
Where I can feel like I've
Put away my early grave

I gotta say it now
Better loud than too late

Remember back, the early days
When you were young, and less amazed
Suddenly the channel changed
The first time you saw blood

Cut to later, now you're strong
You've bled yourself, the wounds are gone
It's rare when there is nothing wrong
Survived and you're amongst the fittest

Love ain't love until you feel it
Up riding high amongst the waves

I can feel like I
Have a soul that has been saved
I can see the light
Coming through the clouds in rays

I gotta say it now
Better loud than too late
I gotta say it now
Better loud than too late

Hey...yeah...

Riding high amongst the waves
I can feel like I
Have a soul that has been saved
I can see the light
Coming through the clouds in rays

I gotta say it now
Better loud than too late

I gotta say it now
Better loud than too late

Say it now
Better loud than too late..."


Pearl Jam es una de esas bandas que ha ido acompañando muchos de los momentos de mi vida. Muchos y muy diferentes perdidos entre sus canciones. Sin embargo, el año pasado en verano, se produjo un punto de inflexión en mi ya estrecha relación con sus letras, con sus melodías. En mitad de la primera vez que podía disfrutarlos en directo. Bueno, antes y después. Es más que probable que ya haya algo de esa historia traducida por el niño (triste) entre tantas letras como empiezan a acumularse en este rincón. Sólo diré que fue la primera vez que lloré en un concierto. O la segunda, ya no recuerdo bien. Porque, curiosamente, fueron muy seguidas. Entre Pearl Jam y Mark Knopfler. Y con el alma del niño (triste) entre andamios, que decía una buena amiga.

En un mes estaré sentado en el mismísimo Albert Hall Theatre en Londres para ver a Eric Clapton y disfrutar de dos días inolvidables. En una ciudad que ya compartimos sin haberla compartido nunca. En otro de esos momentos que seguimos empeñados en pintar del color de la magia como nuestra historia, como cualquiera de nuestros días... Cosas de niños... entre niños... para niños.


Pearl Jam & Un niño (triste) cualquiera.

viernes, 8 de abril de 2011

Un comienzo ya comenzado




Iba a escribir que todos los principios, todos los nuevos caminos a los que se asoman nuestros pies, vienen unidos a una melodía. Y nada más entrar aquí, en el lugar donde las palabras sufren, entre las telarañas de casi seis meses sin sentarme un segundo en el balcón de mis propias palabras... me doy cuenta de que esa misma palabra, esa misma sensación presidía este rincón durante mi ausencia. Qué importante es la música.

Seis meses han pasado, parece increíble. Y, sin embargo, ahora casi de noche en la terraza, con el parque y Pearl Jam, con el silencio, el humo y los árboles de testigos, el niño (triste) sonríe. Sólo queda la tristeza de su esencia, de su propia historia. Ésa imposible de borrar de los huesos, la memoria y el alma. Uno, a veces pienso, de sus motivos para seguir siendo un niño. Una de sus razones para luchar.

Y mientras escribo estas líneas, siento, con el corazón en la mano, una tranquilidad infinita, una sonrisa eterna. Siento que hemos dibujado el camino que hemos querido, que el niño (triste) y la niña rubia han convencido al Universo de Coello, aquél que, quizá sólo por esta vez, no quería conspirar de nuestro lado, entre sonrisas, mimos y cariño. Del mismo lado de la ría. O quizá no, quizá ya puestos a dibujar y conspirar, nos hemos reído de Coello y hemos creado nuestro propio Universo. Se lo preguntaré si me lo encuentro por la calle.

Y siento que lo seguimos dibujando cada día y cada noche. Cada instante. Por eso me levanto y me acuesto contento, con ganas de seguir luchando y conspirando. Con ganas de seguir siendo un niño. Con ganas de ti. Por el momento... o para siempre, que, casual o causalmente, no lo tengo claro, siguen siendo sinónimos.

Un niño (triste) cualquiera.

PD; no sé dónde se han ido amontonando la hormigas todo este tiempo, pero el día que las encontremos...