"Solamente aquél que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado." FRIEDRICH WILHEM NIETZSCHE


sábado, 21 de agosto de 2010

Desde El Tejado (2)




No fue capaz de sentir el viento hasta que no levantó la cabeza y vio como se doblaban los árboles. Sus sentidos corrían desbocados a través de los ojos del niño triste hacia el increíble paisaje que se extendía a sus pies. En estos momentos de paz, antes de perderse en los más insignificantes rincones del mundo que tenía al alcance de sus pequeñas manos, antes de perderse en los más importantes rincones del mundo que escondía dentro de su propio ser, de su propio corazón, de su cabeza, de su alma... siempre le asaltaba la misma pregunta. ¿Por qué los tejados? Intentaba, sin éxito ni posibilidades, entender de dónde venía su obsesión, su placer por las alturas, por mirar al mundo, a la realidad, desde arriba, desde lo más arriba posible, aún sintiéndose siempre tan pequeño como el niño que era... y disfrutaba siendo.

Poco dura una pregunta de ese calibre en la mente de un niño cuando todo lo que le rodea consigue desbordarle. Entonces volvió a ser consciente del viento y se sentó en el tejado. Abrió los ojos, atento a cada detalle, y permitió conscientemente que la niebla se mezclara con el humo, y el humo, con las nubes, hasta que el blanco le inundó la cabeza, la memoria y los sentidos y la claridad le obligó a cerrarlos. En ese silencio único se sintió la respiración, notó su propio palpitar, como si no fuera suyo, como se nota, como se siente en otro cuerpo, en algún cuerpo... Extrañamente conocida, extrañamente agradable sensación. Definitivamente, somos las sensaciones que somos capaces de sentir... y transmitir. En un gesto, en una mirada, en un verso, en un sueño, en un beso, en un nada y en un todo.

No quería pensar, aunque sabía que se resistía inútilmente, que era una batalla perdida de antemano, de ésas que sólo deben combatirse por capricho o cabezonería. Una, a fin de cuentas, de sus batallas. De las batallas del niño triste. Y pensó cuántas veces se había salido con la suya la puta realidad, cuántas derrotas a sus manos podía recordar. Cuántas victorias. El balance era desolador, como siempre. Y el viento pareció gritarle que la realidad siempre termina ganando todas las guerras...

Y pensando en no pensar, mirando esa hermosa crestería que desafiaba al cielo tocando las nubes, perdido en un pueblecillo abandonado de Pirineos, sus ojos de niño se dieron cuenta de había algo más. De que acababa de descubrir parte del secreto. Se dio cuenta de que, quizá por suerte, por casualidad, por merecerlo, o porque sí, había sido, quizá incluso era, capaz de vivir, de sufrir y de disfrutar sus propios sueños. Y eso, pensó mientras sonreía, los convertía en reales. Y eso, en sí mismo, no dejaba de ser una victoria frente a la mismísima realidad. Quizá incluso, la victoria... & Nothing Else Matters.


Un niño triste cualquiera.


PD; "... Think it twice, it's another day for you and me in paradise..."

PD2; Hoy empiezan mis fiestas, la Aste Nagusi (Semana Grande) de mi Bilbao. Desde el año pasado he imaginado esta semana mágica de mil maneras posibles en función de la situación que me tocaba vivir y de mi propio estado de ánimo. Ayer, en el último suspiro, todo volvió a dar un giro inesperado. Cada día disfruto más improvisando. Estoy pensando en convertirlo en mi manera de vivir... y de sonreir. Y encima sale el sol. Esto merece otra canción. Recuerdos desde el Norte.


1 comentario:

  1. me encanta como escribes, la verdad es que desde lo alto se ve todo, desde otra perspectiva, como si estuvieses volando, como si nada importase más que los propios sueños y pensamientos...
    Espero que lo hayas pasado genial en pirineos que no lo dudo y que las fiestas sean mejor incluso de lo que has llegado a imaginar, sobrepasando así los sueños.

    besos, carma

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