"Solamente aquél que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado." FRIEDRICH WILHEM NIETZSCHE


domingo, 27 de junio de 2010

En La Hoguera



El miércoles pasado recordé lo importante que era, en otros tiempos, la noche de San Juan para mi. Y para el niño triste. La rutina de los últimos años había conseguido, con la colaboración de mi propia mala memoria, que esa noche tan especial se borrara de mi calendario y todas esas sensaciones tan especiales de mi recuerdo. Aunque, como siempre en estos casos, seguían estando ahí, al fondo, enterradas entre todo lo malo que vamos acumulando con el paso del tiempo. Igual igual que enterramos entre tristes realidades, los sueños del niño que fuimos... y que, sin saberlo, seguimos siendo.

Y así, decidí, rodeado de otros niños que últimamente comparten mis días, escapar de la ciudad, huir de la gente, y pasar esa noche en algún lugar que lo mereciera, algún lugar de ésos que disfrutan los ojos, cortan la respiración y permiten, por lo menos un buen rato, olvidarlo todo y sentir más allá de lo que se siente. Un lugar para encontrar lo que realmente se busca, para entender sin pretenderlo, para imaginar, para soñar. Con el sonido del mar, claro, en compañía del fuego y bajo la atenta mirada de la luna. A veces no se necesita nada más.

Y allí, en un silencio que sólo rompían el mar y el fuego, asomados al agua desde el verde, con los ojos fijos en las llamas y la cabeza y el corazón ardiendo entre ellas, renació el niño triste. Callado pero sonriente. Como al margen de todo aun siendo el protagonista. Y reconocerle de nuevo, sentado frente a la hoguera, me robó una sonrisa. Y reencontrarme con sus ojos un instante, en el reflejo de los míos dibujado por las olas, llenó un poco el vacío que sentía dentro.

Después mis ojos se perdieron, más allá de la noche, del lugar y la compañía. Y desperté entre las notas de esta canción que no he podido dejar de escuchar y silbar desde entonces. Con la sensación de haber soñado algo importante. Con la sensación de no recordarlo. Y, sin embargo, consciente de que algo ha cambiado. La sonrisa del niño triste lo confirma...& Nothing Else Matters.


Un niño triste cualquiera.


PD: ...aunque siga etxandote de menos...


5 comentarios:

  1. Pero q bonito q hablas ;))
    besos

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  2. mucho ánimo wapo, me ha enternecido tu entrada,
    un besazo de Cora

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  3. Si tan solo se podría dejar de extrañar... Como serían nuestros días sin recuerdos?
    Tu sonrisa, el reflejo de tus ojos y el haber estado allí, tal vez signifique q el cambio existirá o al menos la necesidad de resurgir está latente.
    De todo corazón deseo q tus ojos tengan el brillo q imagino alguna tuvieron.Q tu sonrisa vuelva a ser espontanea como seguramente cuando extrañar no estaba en ti, existía.
    Y x último que seas felíz o al menos luches x serlo.
    Un fuerte abrazo en la distancia.

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  4. Hagámoslo cuando necesitemos redimirnos, elijamos nuestra propia noche de San Juan.
    Que bonita entrada niño...

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