Escribí esta entrada hace ya bastante tiempo. Curiosamente, y como suele pasar con otras tantas cosas, hoy refleja la realidad, mi realidad, tan bien como entonces. Hoy, con las cosas mucho más claras, desde otro punto de vista, con los ojos apropiados...
[-*-*-]
Caminaba con aire distraído, observándolo todo, como perdiéndose en el paisaje, como dejándose llevar por una canción que sólo él podía escuchar. En sus ojos tristes el primer rayo de sol después de la tormenta reflejaba mil batallas perdidas. Alguna ganada también, decía su sonrisa a quienes sabían leer más allá de su apariencia. Era capaz de desaparecer en el viento aún sin mover los pies del suelo, sin cambiar de lugar. Soñaba volar desde siempre, desde el primer recuerdo que su inútil memoria le permitía guardar. Siendo tan pequeño, la vida le había enseñado que la felicidad duraba lo que un caramelo en la puerta de un colegio, que había que aprovecharlo sin dudar, guardarlo para siempre en la mochila porque si no, se perdería en su memoria. Pero él quería más y estaba dispuesto a buscarlo, a no crecer nunca. Su tristeza era la prueba de que había esperanza…
Entonces
recordó que no estaba solo.
Miró hacia el camino y encontró
una mirada enfadada, unos ojos encendidos.
Una voz familiar le despertó al llegar a sus oídos.
¿Quieres andar más rápido? ¡Así no llegaremos en la vida!
¿Y si no quiero llegar? ¿Si quiero vivir para siempre en el camino?
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Hoy, definitivamente, sé que quiero vivir para siempre en el camino. Y que tu me acompañes. Para siempre... o por el momento. A fin de cuentas, eran sinónimos, no?
Un niño cualquiera.
Un niño cualquiera.
Yo no voy a llegar nunca, pero disfrutaré de cada paso en el camino.
ResponderEliminarCarma, llegarás porque quieres llegar Igual todavía ni sabes a dónde pero llegarás... Eso sí, igual igual, disfruta del camino
ResponderEliminarUn beso... y recuerdos desde el Norte!
Un niño cualquiera
la prisa es mala consejera, la vida impone también “este” camino y no “aquel”, esta necesidad, aquella inclemencia… pero sí es cierto que cada uno caminará “su” camino como mejor pueda, sepa o quiera… e incluso como le dejen…
ResponderEliminaraquel que sienta la llamada, la necesidad de soñar, de volar, de sonreír… aunque la tristeza le acompañe es difícil que lo pierda totalmente
el tiempo pasa y nuestro cuerpo cambia, crece y llegará a envejecer pero el sentir del alma no entiende de cambios externos… la inocencia puede evolucionar pero nunca se pierde totalmente
un abrazo y una sonrisa
PD. me haces dudar si no serás “el niño triste”
Acabo de leer el post de Bienvenida… eres el “niño triste” … ¡qué cosas! bien hallado de nuevo
ResponderEliminarla verdad es que esa expresión de “Recuerdos desde el norte” fue lo que me sugirió el recuerdo
besos
Las prisas del mundo gris de los adultos siguen sin afectarme. Mi
ResponderEliminarcamino que a veces cambia, gira en un rincón, o no deja ver el
paisaje, se va aclarando poco a poco He encontrado la compañera
perfecta para no olvidar nunca que lo importante, vaya a donde vaya,
es seguir disfrutandolo Por eso quiero vivir para siempre en el
camino...
Me guardo tu sonrisa y tu abrazo
Recuerdos desde el Norte (otra vez) y un abrazo enorme,
Un niño cualquiera.
PD; Gracias por subir tus palabras ;)
Reencuentros agradables. El niño triste que ya no lo es... niño o triste? Besos.
ResponderEliminarWola Isabel! Pues sí, reencuentros muy agradables! He vuelto hace unos días y todavía no he tenido tiempo de visitaros a todos los que habeis compartido conmigo otros rincones... Pronto estaré en tus senderos intrincados ;)
ResponderEliminarEl niño sigue siendo niño, hay cosas que no cambian Eso sí, ahora ya de triste sólo le queda el pasado...
Un beso y un abrazo enormes... y recuerdos desde el Norte!
Un niño cualquiera.
Yo creo que estoy destinada a vivir para siempre o...por el momento en la cuneta.
ResponderEliminarBromas a parte, me alegro de tu vuelta y poder disfrutar de cada una de tus palabras.
Un abrazo!
Milope, nada de cunetas ni para siempre ni por el momento Tu mereces mucho más Yo tb me alegro de que volvamos a compartir palabras
ResponderEliminarUn abrazo para ti... y recuerdos desde el Norte
Un niño cualquiera.